miércoles, 29 de abril de 2009

Cortocircuitos









(A propósito de la llegada del hombre que todo lo compra a Meridiano V)

“...enriquecen la paleta de actividades culturales
y también dan al barrio una gran plusvalía simbólica.
Y, con ella, una plusvalía inmobiliaria que, desde hace poco,
se vuelve contra ellos y los expulsa de un espacio urbano
que ellos mismo han revalorizado. La renovación de
arrendamientos se efectúa en condiciones devastadoras y,
si no se encuentra una solución, la salida de artistas
y la vida cultural toda se verá directamente amenazado”

(Pierre Mayol, en La invención de lo cotidiano II,
a propósito de la transformación del barrio Croix-Rousse)

1. Hace quince años, poco más o poco menos, Meridiano V era un fantasma. El barrio había corrido la suerte del tren que le dio vida y que dejó de circular en 1977. Lo que quedaba de su “centro comercial” entró en crisis con el menemismo. A lo sumó abrió un kiosco o una remisería. Luego, casas abandonadas. La estación desierta. El playón convertido en estacionamiento de una línea de micros. El viejo bar de Edgardo, entristecido. Un corralón lumpen y nada más.
Desde mediados de los ´90 empezaron a pasar cosas. La Grieta, todavía nómade, estaba en el barrio. Los chicos de los talleres mostraban sus cosas por ahí. En 1995 fue la primera “Muestra Ambulante”, que proponía llevar el arte a los comercios de la vida cotidiana. Era una discusión con el centro, con el frío de sus museos y galerías. En 1998 otro grupo tomó la planta alta de la Estación y fue sentando las bases del actual centro cultural. Unos años después (¿2001?) un par de emprendedores se animaron con Ciudad Vieja, y la esquina de 17 y 71 empezó a tener otro tono.
Y así corrieron los años. Lo que surgió fue con sudor, con mucho esfuerzo y poca plata. Acaso es eso lo que hizo posible las “reuniones del barrio”, un espacio de coordinación del que participan los centros culturales, los bares, los vecinos. Acaso eso posibilitó, también, que en dos ediciones consecutivas del reciente Presupuesto Participativo ganara el proyecto barrial de un “paseo público cultural”, incluso sin tenerlo muy claro para contarlo hacia fuera. Había una historia previa: desde la experiencia –un tanto frustrada- de las asambleas del verano de 2002, hasta la legitimidad ganada por los impulsores de la propuesta en el curso de los años. Era la historia de acciones colectivas y empecinadas. De lo que surge desde abajo y se hace con alegría.

2.
Con los años aparecieron más colectivos culturales y otros pequeños empresarios. Se formó un teatro comunitario. En 2004 La Grieta llegó al Galpón de Encomiendas y Equipajes, y al año siguiente reeditó la Muestra Ambulante, ya no sólo con comercios sino también en garages prestados por los vecinos. Una nueva apuesta: discutir la ciudad de las rejas y las cámaras de seguridad, proponer un encuentro que triunfara sobre el miedo y la sospecha. Dos años después, la Muestra Ambulante IV (2007) tuvo una buena onda expansiva que llevó las sillas a la vereda y el baile a las calles. Pasaron por el barrio una diez mil personas, pero el barrio no era todavía lo que es hoy.
Ahora, en una cuadra y una esquina hay siete bares o restobares. Incluso un hostel. El playón es el lugar elegido para hacer recitales a los que llegan a asistir, como el 24 de marzo, unas 6 mil personas. El viejo pastizal es una plaza de juegos al que van, “porque está muy lindo”, vecinos de otras partes de la ciudad. Cerca hay una feria donde conviven algunos artesanos piolas -gente que conoce la movida del barrio- con otros que arribaron con su paracaídas. Cada vez hay más paracaidistas. Llegaron sabiendo a dónde llegan. Ahora tenemos un “circuito” cultural.
Algunos queriendo, algunos temiendo, algunos sabiendo lo que dicen y otros repitiendo, anuncian que Meridiano V se está convirtiendo en el San Telmo platense.

3.
El paracaídas más grande que bajará en el barrio traerá a Francisco De Narváez, el hombre que todo lo compra. Todos lo conocemos. Aparece en las transmisiones de fútbol más que el banco de suplentes del seleccionado, pone carteles hasta en los videojuegos, y nos propone que “hagamos algo, hagamos un plan”. Su publicidad televisiva –seguramente muy efectiva- podría ser candidata al Guinness por acumulación de frases hechas y lugares comunes. Él nos propone administrar el miedo con un “mapa de la inseguridad”.
Francisco De Narváez, insistente candidato de las derechas, hombre vinculado al narcotráfico colombiano, llegará mañana a Meridiano V a inaugurar un local. El hombre que todo lo compra consiguió una casona cerquita de 17 y 71. Más de quince personas laburan, noche y día, para poner a tono algo que seguramente no durará más de dos meses.
“Unidos por La Plata”. Quizá no se hayan dado cuenta del doble sentido, quizás les chupe un huevo, quizás se hacen cargo; lo cierto es que, según cuentan, el espacio se denominará “Unidos por La Plata”.
Lo interesante, sí, es que lo anuncian como un centro cultural. Cosas del barrio que supimos conseguir. En Meridiano V no se abren unidades básicas sino centros culturales.

4.
-Deberíamos estar en la guía de hostelling internacional -dice uno. Quizá ya estemos. Cualquier día puede caer un turista gallego preguntando dónde es “meridiano cinco”.
Por eso nos viene rebotando una cita de Mike Davis, a propósito de cómo ciertas propuestas sobre el espacio público por parte de algunos grupos culturales, de artistas, etcétera, “sin advertirlo, terminan haciéndoles el trabajo a promotores y a los agentes de los mercados de bienes raíces. En Los Ángeles, a pesar de toneladas de dinero arrojadas al centro de la ciudad –Los Ángeles tiene uno de los centros urbanos mas inhumanos del mundo—, no se logró la gentrificación. El cambio se produjo sólo cuando mis estudiantes de arquitectura y los artistas muertos de hambre que querían vivir junto a gentes sin hogar empezaron a trasladar allí sus estudios. Se llegó a un punto en el que se empezaron a espacios que se pusieron de moda: comenzaron a abrirse bares y restaurantes, exactamente igual que en el Lower East Side de Nueva York o en el SOHO de Londres. Los precios se dispararon, toda esa gente fue expelida, y vinieron los yuppies, los cuales terminaron a su vez por ser desplazados por tipos aún más ricos. Este es un problema real, porque cuando una red o una comunidad de jóvenes creativos trata de vivir en la ciudad de un modo diferente, pueden terminar convirtiéndose inopinada e involuntariamente en una especie infantería”. Algo similar pasó en el Croix-Rousse de París, el barrio popular donde el equipo de Michel de Certeau hizo su trabajo de “campo” entre 1974 y 1977, y que en los ´80 se convirtió en una suerte de “barrio de artistas”, pero terminó expulsando a los propios padres de la criatura.
No hay que ir muy lejos para pensar eso que la sociología urbana llama gentrificación. “El neologismo, formado a partir de gentry (nobleza), pretende significar el proceso de reestructuración de algunas zonas urbanas, acompañado de un efecto de atracción sobre grupos de recursos económicos y culturales medios y superiores que allí establecen residencia o comercio”, escribe María Carman a propósito de la transformación del Abasto porteño, en los años ´90. Vale la pena revisar su trabajo, publicado como Las trampas de la cultura (Paidós, 2006). Nos transmite la inquietud por “lo no dicho sobre los usos del espacio urbano –los supuestos implícitos, las prácticas expulsivas que no se publicitan; aquel bagaje de discursos y acciones que di en llamar la exclusión acallada– conforman también, privilegiadamente, la lógica hegemónica actual sobre el «merecer la ciudad»...”

5.
El desembarco de la derecha pro es un ejemplo extremo y no cabe más que desearle el más rotundo de los fracasos (que por otra parte es esperable: construir un centro cultural no es poner en condiciones un boliche), que sería un aliciente para quienes todavía creemos que no todo se compra.
Pero aún cuando los unidos por (y con) la plata se retiren, habrá que seguir pensando algunas cosas. Pensar el barrio. Discutirlo, como siempre. Asediarlo con preguntas.
¿Queremos un San Telmo platense?
¿Queremos la lógica del espectáculo masivo?
¿Queremos una circulación regulada en espacios previsibles?
Puede que sí; es el imaginario de más de uno. Pero también puede que no. Puede que no todos estén conformes con el modo en que crece la criatura.
Quizás la tarea cada vez más urgente sea sembrar esos interrogantes y empezar a producir, también, algunos corto-circuitos.

miércoles, 22 de abril de 2009

Operaciones

El 17 de abril pasado Clarín publicó bajo el título “Otra crítica al proyecto de Ley de Radiodifusión” una supuesta opinión de la Asociación de Prensa de Buenos Aires (APBA), contraria al proyecto oficial. Según el diario, APBA sostenía que el proyecto es un “instrumento legal autoritario” que “persigue convertir a la actividad de los medios de comunicación en un enorme ejército disciplinado comandado por un ente burocrático” y negaba el consenso existente entre los especialistas: “Las consultas se hicieron con ´los amigos del Gobierno´, a las escondidas, y en asambleas universitarias promocionadas como foros federales de discusión”. El día siguiente salió publicado un pequeño recuadro, bajo el poco atractivo título “Aclaración de APBA”. La Asociación desmintió la autoría de esa crítica y se manifestó a favor de cambiar la norma de la dictadura. La fe de erratas ocupaba menos de la tercera parte de la nota original.
El operativo mediático contra la nueva ley también incluyó voces de la academia. El 12 de abril, Perfil publicó un artículo donde el semiólogo Eliseo Verón escribe: “La Presidenta nos explica que el proyecto de ley sobre la comunicación audiovisual tiene por objetivo permitir la expresión de ´todos los ciudadanos, todas las voces, todos los pensamientos´. Salvo, claro, aquellas voces o pensamientos que se oponen al Gobierno (léase: que atentan contra las instituciones), como en mi caso”.
¿Dónde? ¿Cómo? ¿En qué artículo el proyecto es autoritario? ¿En la parte que incluye a la segunda y la tercera minoría política en la autoridad de aplicación, o en donde prevé audiencias públicas antes de prorrogar licencias?
La falta de argumentos en alguien de su trayectoria es curiosa, pero no inexplicable. Aparecen razones cuando uno revisa quiénes fueron sus empleadores más recientes. En los últimos 15 años, Veron hizo diversos trabajos de testeo editorial y rediseño de productos del gran diario argentino. Actualmente integra el consejo académico de una Maestría en Periodismo que otrora dirigió, organizada por la Universidad de San Andrés, la Universidad de Columbia y... el grupo Clarín.

sábado, 18 de abril de 2009

Feliz cumpleaños

A menudo el periodismo es un ambiente de mierda. La concentración mediática y la lógica mercantil que rige la comunicación no ayuda: los diarios, las radios y la tele operan para los intereses de distintos grupos de poder, y muchos laburantes viven acuciados por la opción de comerse el sapo o terminar en la calle. El problema es que algunos, además, han perdido el rumbo. Se han puesto la camiseta de las empresas. El periodismo movilero perdió la ética en algunas corrida para acosar a alguien con preguntas desatentas, invasivas, ignorantes. El periodismo publicitario la pierde en cada contrato, en la decisión de trabajar para los anunciantes.
A menudo el periodismo es un ámbito de mierda, por otra parte, porque prima el ego y la competencia. Entre compañeros se escamotean datos para tener la primicia. Tienen peleas de cartel como si fueran divas. Y lo que es peor: se terminan creyendo sus propias operaciones.
Frente a ese panorama, hay experiencias atípicas. Medios donde una reunión de redacción es un ámbito de amigos. Donde nadie mira de reojo al otro ni le retacea información. Donde se aprende, todo el tiempo. Donde es posible indignarse con el propio oficio, y construir algo distinto.
Pienso en La Pulseada, que por estos días cumple siete años. Hacerla, igual que leerla, da gusto.

Todo esto para decir que Javier Sahade hizo un excelente informe sobre la revista que con sana locura salió a pelear la calle en tiempos de piquetes, cacerolas y una economía incierta. Se escuchó por primera vez el miércoles en La Siberia, un ameno programa de la medianoche de la FM Provincia. Para lo que no tuvieron esa oportunidad, los invito a hacerlo acá:

Fragmento 1.
Fragmento 2.
Fragmento 3.

PD: A propósito, no olvidemos que la pelea por una nueva regulación para los medios audiovisuales, junto a otras que vendrán, es la pelea por multiplicar nuestras pulseadas y darlas con más fuerza. Es la posibilidad de que haya medios comunitarios y que sean sustentables. Militémosla. Hablemos con nuestros amigos, con nuestros vecinos, con el taxista que escucha Radio 10, con la almacenera que transcurre su vida mirando el país que le muestra TN...

domingo, 5 de abril de 2009

Cuentos sin fronteras

“Es claro que existen, al menos, dos cosas que están por encima de las fronteras: la una es el crimen que, disfrazado de modernidad, distribuye la miseria a escala mundial; la otra es la esperanza de que la vergüenza sólo exista cuando uno se equivoca de paso en el baile y no cada vez que nos vemos en un espejo. Para acabar con el primero y para hacer florecer la segunda, sólo hace falta luchar y ser mejores. Lo demás se sigue solo y es lo que suele llenar bibliotecas y museos”. Así dice el Subcomandante Marcos en el anteúltimo párrafo de La historia del ratoncito y el gatito, uno de los relatos compilados en “Los otros cuentos”, un libro+CD recientemente editado por la Red de Solidaridad con Chiapas que será presentado este mes en La Plata.
El libro tiene una edición prolija, atractiva y colorida, ilustrada con imágenes de la rebeldía chiapaneca: reuniones de las “Juntas del Buen Gobierno”, encuentros de mujeres y hermosos murales pintados en escuelas creadas por los zapatistas en sus territorios autónomos. Impreso en la Cooperativa Chilavert, compila una docena de narraciones breves de Marcos, como “La historia del aire de la noche”. Las mismas historias suenan en el CD, con la polifonía de doce voces invitadas: tres referentes del movimiento de derechos humanos –representado en tres generaciones: Alba Lanzillotto, de Abuelas de Plaza de Mayo; Nora Cortiñas, de Madres-Línea Fundadora; y Eduardo Nachman, de H.I.J.O.S.-, cinco actores reconocidos –Daniel Fanego, Manuel Callau, Julieta Díaz, Gastón Pauls y Juan Palomino-, los músicos León Gieco y Daniel Viglietti, la periodista Liliana Daunes y el escritor Eduardo Galeano.
Acaso es discutible la selección de relatos, hecha entre tantas palabras lanzadas al mundo por “el Sub” desde la insurrección del 1° de enero de 1995 que convirtió al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en un foco de atención global, con admiradores y detractores. Lo que nadie cuestiona es la vocación de la iniciativa, sobrecargada de símbolos: la participación de consagrados “artistas solidarios”, la grabación del CD en los estudios de la radio comunitaria La Tribu, la impresión en una gráfica recuperada, su primera presentación en el Hotel Bauen, otra empresa salvada y autogestionada por sus trabajadores...
La iniciativa, que llevó muchos meses de sueños y trabajo, se concretó a fines de 2008 y llegó a ser presentada en el Festival de la Digna Rabia con el que los zapatistas celebraron 25 años del origen de su movimiento y 15 del levantamiento que los presentó ante el mundo, en tiempos en que México consolidaba su tratado de libre comercio con Estados Unidos y toda América Latina estaba siendo arrasada por el remate del Estado y la apertura comercial.
Todo se hizo con alegre rebeldía, cuentan los impulsores, usando una expresión de los insurgentes de Chiapas. Y como la alegría es contagiosa, la edición pudo pagarse con ventas anticipadas. Ahora la Red de Solidaridad apuesta a la venta directa, a un costo de 30 pesos; mientras que el sello Suramusic distribuye la obra en distintos puntos del país. Ambas alternativas pueden consultarse en la web del proyecto: www.otroscuentos.org. El dinero recaudado será destinado “a las Escuelas Autónomas Rebeldes Zapatistas o a lo que las Juntas de Buen Gobierno consideren conveniente”, según se advierte en una de las primeras páginas de la publicación.A poco de la salida del libro y el disco se empezó a gestar su difusión en La Plata. La posta la tomó el grupo Identidades, que hace años desarrolla un trabajo solidario en torno a la interculturalidad en las escuelas (La Pulseada N° 43). La presentación será en el Galpón de Encomiendas y Equipajes, espacio cultural construido por el colectivo La Grieta durante los últimos cinco años (La Pulseada N° 37), donde desde marzo funciona la “Biblioteca de La Chichara” como una sala de lectura no convencional. El viernes 24 de abril, a las 20.00 hs., en 18 y 71, sonará la música de aquella alegre rebeldía y brillarán los colores de un ejército insurgente que supo conquistar una amistad sin fronteras. Porque como concluye el relato sobre el gatito y el ratoncito, leído por la voz del joven docente e integrante de H.I.J.O.S. que milita esa hermandad: “No es necesario conquistar el mundo, basta con hacerlo de nuevo... Salud y sabed que, para el amor, una cama es sólo un pretexto; para el baile, una tonada es sólo un adorno; y para luchar, la nacionalidad es sólo un accidente meramente circunstancial”.
  • Publicado en La Pulseada N° 68, abril/09 (número aniversario ¡7 años!).
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