viernes, 27 de noviembre de 2009

Rebelión contra el encierro

"Queremos tensar el límite de lo público y lo privado. Que la calle se meta adentro y la casa salga hacia fuera. No para violar la intimidad, sino para desobedecer el aislamiento. No para cortar el tránsito, sino para habilitar nuevos caminos.
No se trata sólo de un juego. A través de él nos rebelamos contra la ciudad de las rejas, las camaritas de seguridad y los vecinos en alerta..."

En el marco de la Muestra Ambulante 5, decenas de vecinos de Meridiano V abren sus casas al arte y al encuentro.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

"La banda de la frazada"

La obra de teatro “La frazada que nos cubre y nos descubre” y el audiovisual "Calle la de chicos los” son dos trabajos realizados por estudiantes secundarios en el marco de "Jóvenes y Memoria”, un programa monumental sostenido desde hace varios años por el área de Educación de la Comisión Provincial por la Memoria.
Los chicos del Liceo y los de la Media 26 coincidieron en trabajar y reflexionar sobre un mismo tema: la situación de los pibes que el periodismo policial bautizó como "la banda de la frazada". Empezaron leyendo esta nota, discutieron mucho, trabajaron mucho, y esta tarde muestran en nuestra ciudad lo que produjeron -tras haberlo presentado en Chapadmalal.
La cita es hoy (25/11) a las 18.30 hs. en el Liceo: Diag. 77 e/ 4 y 5.
Felicitaciones anticipadas, y allí nos vemos.

lunes, 9 de noviembre de 2009

En "estado Muestra Ambulante"

AVISO A LOS LECTORES:
Si no estoy acá es, entre otras cosas, porque estoy allá.


La
Muestra Ambulante es una experiencia colectiva que reúne diferentes lenguajes del arte. Músicos, pintores, bailarines, actores, poetas, jugueteros, grabadores, fotógrafos y otros creadores realizan actividades en las calles del barrio, las veredas, los comercios y las casas de los vecinos. Es una obra hecha con muchas obras, basada en la participación.
Es una invitación a sorprenderse.


-¿Este año hay Muestra Ambulante? –
la pregunta no la hizo uno; la hicieron diez, veinte, cien y más vecinos y amigos. No todos hablan de lo mismo cuando dicen “Muestra Ambulante”, porque la experiencia es tan intensa que cada uno tiene su propia anécdota, su propio relato y su propio legado.
Lo cierto es que, para muchos, "Muestra Ambulante" ya dice algo. A veces no hace falta explicar la expresión. Todos sabemos: la Muestra Ambulante, La Grieta, Meridiano V.
Pero ninguna Muestra Ambulante fue igual. Y van varias. Todas, claro, tuvieron rasgos en común: la vocación de encuentro, la mixtura de lenguajes, la construcción colectiva y una buena onda cada vez más expansiva. La Muestra es contagiosa. A veces, ni falta hacen los medios de difusión:
-Vine porque me contaron que había...

En el 95 había obras en los negocios. Fue la primera apuesta. El territorio era un barrio venido a menos por el declive del ferrocarril. Guardaba sus recuerdos con nostalgia. La estación se abría de tanto en tanto. El playón de 17 y 71 era, en la práctica, una terminal de micros.
Aquella primera muestra fue, ante todo, una disputa con el centro: cuestionaba la reclusión del arte en museos y galerías. Llevamos las obras a la vida cotidiana.
Pasó una década hasta las siguientes muestras ambulantes -2005, 2006, 2007-, que encontraron a un barrio distinto, y al grupo organizador habitando el Galpón de Encomiendas y Equipajes. La Muestra creció: hubo más artistas, más amigos trabajando, más preparación durante el año. Subimos la apuesta sumando los garajes de vecinos, para redescubrir esos espacios intersticiales que unen nuestra vida privada con el espacio público. Había otras discusiones pendientes y el arte servía de excusa para darlas. La Muestra confrontaba con el discurso de la inseguridad, que clausura cualquier encuentro.

Este año hay. “Vuelve” la Muestra Ambulante. Pero no para repetirse.
Queremos seguir desafiándonos. Desde principios de año, La Grieta viene pensando la quinta Muestra con otro grupo amigo, el colectivo de gestión cultural y comunicación Medio Limón, que se sumó de lleno a la organización.
Aspiramos a que lo que pase en cada garaje y cada negocio sea producto de un encuentro real, no de iguales, sino de experiencias, miradas y saberes diferentes que generen nuevas riquezas.
Sabemos que el barrio es otro, distinto que dos años atrás. Hay mucho movimiento, incluso turístico. En una cuadra y una esquina hay siete bares o restobares. Un hostel. Una feria. A veces, espectáculos masivos. Y el viejo pastizal es una plaza de juegos al que asisten vecinos de otras partes de la ciudad.
Con la Muestra seguimos buscando cambiar la rutina. La del ferretero, la del vecino que trabaja en el centro, y la de la oferta cultural estable. Transformar el ritmo de la calle, provocar corto-circuitos, ir más allá del espectáculo programado. Crear nuevos climas.
En eso, sabemos también que la Muestra empezó mucho antes del 21, y no terminará el 5. O al menos que siempre quedan huellas, rastros, diálogos establecidos. Y discusiones abiertas. Porque la muestra es, además de artística, una intervención social y política que contiene preguntas por la ciudad que queremos.
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