sábado, 29 de mayo de 2010

Qué ciudad

Un cartel provocativo.
Una manzana vacía en el centro de una ciudad apretujada.
El sitio del “viejo mercado”, como todavía se lo nombra a más de 37 años de la demolición del centro de abasto "Buenos Aires", lleva todo ese tiempo disputado sin éxito, y mientras tanto alberga a un precario estacionamiento de un nivel y sin techo, ahí, a pocas cuadras de todo, entre las calles 3, 4, 48 y 49 de La Plata.
En los ´90 se hablaba de hacer cocheras, proyecto propio de un modelo de ciudad y de sociedad donde prima aquella “religión del automóvil” que bien caracterizaba Lewis Mumford.
Ahora hay quienes pretenden que se construya un lujoso hotel 5 estrellas y un centro de convenciones con la iniciativa privada de NH, una cadena internacional que llegó al país en 1999 y ya maneja varios grandes emprendimientos (como el City, a metros de la Plaza de Mayo).

La construcción de un hotel así estaba en la plataforma de campaña de Julio Alak, cuando perdió con Pablo Bruera, aunque el proyecto también cuaja con el perfil de éste, que alguna vez fue parte de la tropa alakista (y hasta se consideró el sucesor natural: “Bruera es agosto”, decían las pintadas).
El negocio no parecía propiciado por el actual Ministro de Justicia, sino por quien encabezó la boleta a nivel provincial: el gobernador Daniel Scioli, que transcurrió toda su campaña en un piso de un hotel NH en la Capital Federal. Oh casualidad, la cadena tiene acciones en el grupo que recibió en concesión por 30 años (y opción a otros quince) el Provincial de Mar del Plata.

De concretarse el proyecto platense, el hotel podrá tener 12 pisos gracias a la reciente sanción de un nuevo Código de Ordenamiento Urbano. La nueva ordenanza fue promovida por el bruerismo y privilegia grandes intereses inmobiliarios, sin pensar un modelo integral de ciudad (algo de eso escribí acá).
Ahí enfrente de la manzana vacía, en 4 y 49, funciona un bar bastante nuevo: Pedro Telmo. Los rumores adjudican su propiedad o parte de ella a los hermanos Bruera, lo que explicaría el frecuente hostigamiento de Control Urbano a otros bares y centros culturales de la zona.

Si tuviera que caracterizar políticamente al gobierno municipal, además de la salida clásica que implica definirlo como “peronista” (cierta vocación de ese movimiento histórico pareciera justificar que sea -como lo es- una bolsa de gatos), utilizaría una metáfora del periodismo: es timermaniano. En los ´70, a la hora de definir su moderno diario La Opinión, Jacobo Timerman enunciaba su fórmula ganadora: en lo cultural, de izquierda; en lo político, de centro; en lo económico, de derecha. Salvando las distancias de contexto, sólo eso podía explicar la convivencia de Adelina de Alaye con Alejandra Sturzenegger en un mismo gabinete, por dar un ejemplo con nombres propios.
La analogía timermaniana se complica en tanto hay toda una "industria de la cultura" en juego, pero a grandes trazos pienso esa cintura de darle el paquete de cultura y educación al frepasismo residual mientras la economía la manejan figuras de la derecha neoliberal. Y sobrevivir en la convivencia de discursos contrapuestos.
Símbolos: una secretaría de derechos humanos, algún atisbo de ambientalismo (los residuos secos en bolsa verde), un puñadito de recursos librados al presupuesto participativo (bandera del progresismo “foromundialista” con gran impulso del PT brasileño y el socialismo rosarino) y, para decir algo cercano, una presencia en la zona de Meridiano V respetuosa de la iniciativa vecinal y de grupos autogestionarios.
Negocios: basta mirar la distribución del presupuesto municipal, juzgar la política de transporte público o analizar el sentido de la reciente reforma del COU, para quitarle cualquier atisbo de progresismo al intendente Bruera.

Pero la cosa patina cuando un símbolo toca el nervio de los negocios. Estoy pensando en la intervención urbana que ilustra este post, que encontré fotografiada en Harto Andar. Por lo que pude averiguar, la gigantografía anónima colgada el martes en la manzana del viejo mercado duró poco más de un día. Los agentes municipales, que acostumbran a “intimar” cuando encuentran una publicidad no permitida, pusieron sus propias manos para sacarla. Y habrían incluso aplicado una multa a los concesionarios del Estacionamiento, de los que resulta inverosímil que tuvieran algo que ver (¿se imaginan a Cáritas exhibiendo ese culo? ¿se imaginan a la Iglesia con ese sentido del humor?...)
La cosa es que el cartel no está más.
Ahí enfrente, en el cocoliche estético de Pedro Telmo, una frase dice que el manicomio está lleno de problemas de fronteras (a propósito, linda y acertada frase). También tienen ese inconveniente quienes gobiernan la ciudad, con el límite que separa la gestión pública de los negocios privados.

1 comentario:

  1. Podés encontrar más fotos en
    http://www.plantemosflores.blogspot.com/

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